HITMAN
miércoles, noviembre 28, 2012
martes, noviembre 27, 2012
miércoles, noviembre 30, 2011
La memoria histórica un asalto entre verdad parcial y el imaginario colectivo
A raíz de varios comentarios de varios intelectuales en las redes sociales hemos empezado a encontrar el termino de la memoria histórica entre calificativos y descalificativos, de que quien no conoce su pasado está condenado a repetirlo, me he dado cuenta del fervor con el que se debaten la izquierda, el centro y por supuesto la derecha, como base dogmatica de su discurso de los últimos 12 años en México, por lo que tras un poco de lectura y comprensión, esta memoria histórica muchas veces tiende a ser parcializada porque proviene del imaginario colectivo, vemos como en otros países también tiene sus afectaciones sobre todo en los países hispano hablantes, España y el Franquismo, Argentina y el pinochetismo de Chile, Colombia, y por supuesto nuestro país, con un priismo maléfico, perpetuador de los escenarios más perversos y diabólicos, encarnación de no sé cuantos adjetivos.
Empero es necesario hacer un par de reflexiones sobre esta “Memoria Historica” o mezcla de realidad y ficción de su creador, el ser humano que conmina a escribir su propia visión de los hechos recientes, como decía mi abuela, en la sabiduría popular, “cada quien habla como le fue en la feria o màs aun todo depende de con que cristal se mira.
Por lo tanto hare algunas consideraciones al respecto de este tema; La memoria histórica es un concepto historiográfico de desarrollo relativamente reciente, que puede atribuirse en su formulación más común a Pierre Nora y que viene a designar el esfuerzo consciente de los grupos humanos por entroncar con su pasado, sea éste real o imaginado, valorándolo y tratándolo con especial respeto. Se entiende esto pero todo son ideas vagas. Desde los medios de comunicación se dan noticias sobre actividades y opiniones sesgadas de especialistas en diversas materias que dan una imagen distorsionada del tema. Casi todo se está viendo reducido a reivindicaciones nostálgicas y privadas de familiares y protagonistas de una época que no sólo se ha pretendido olvidar, sino que, en la actualidad, se trata de mostrar como algo histórico que nada tiene que ver con nuestro presente.
El intento de igualar a los muertos de ambas zonas, sin profundizar en las causas del conflicto, la situación política nacional e internacional, los principios y valores defendidos por unos y otros, etc., tan sólo sirve para arrojar más oscuridad sobre el asunto y, en vez de explicar, se confunde, todavía más, a la sociedad mexicana.
En lo cultural, los estudios rigurosos se entremezclan con libros redactados de forma oportunista y acercamientos científicos, inconexos y aislados de la sociedad civil, nos llevan a un tratamiento del tema que transforma la Memoria Histórica en objeto de museo alejado de la realidad social actual.
La Recuperación de la Memoria Histórica se ha transformado, en nuestra sociedad, para unos, en una reivindicación privada, para otros, en un gran negocio de venta de libros, un instrumento para dar satisfacción a una curiosidad científica e, incluso, en una forma de obtener votos.
Respecto a la Memoria Histórica no se ha sustanciado, salvo excepciones puntuales y localizadas territorialmente, en ninguna medida concreta, ni el homenaje a las víctimas, ha servido para que la situación se aclare. Y no es que pensemos que la Recuperación de la Memoria Histórica no debe tener un uso instrumental, sino que se hace necesario realizar un acercamiento al tema desde un punto de vista ideológico capaz de romper con la dinámica en la que ese uso instrumental se ha anclado en los valores individualistas y de mercado que el neoliberalismo ideológico propugna.
Debemos hablar, pues, de lo que es la Memoria Histórica y de su instrumentalización para fortalecer la democracia, como elemento de lucha contra la impunidad, como arma para la defensa de los derechos humanos y como elemento ideológico de construcción y vertebración de la sociedad.
Como se menciona en un principio “el pueblo que no conoce su historia no comprende su presente y, por lo tanto, no lo domina, por lo que son otros los que lo hacen por él”. Ese dominio se manifiesta en lo ideológico-cultural, en lo económico y en lo político. El desconocimiento provoca falta de comprensión sobre los procesos históricos que han dado como resultado nuestro presente, generando un profundo déficit democrático que se sustancia día a día en una sociedad despolitizada y poco participativa.
Vivimos una democracia de bajo nivel y una de las causas es que está asentada sobre el olvido.
Estamos construyendo nuestra historia como pueblo no con nuestro guión, sino con el de los que promovieron (y promueven) el olvido. No somos, realmente, dueños de nuestro presente, porque sólo conocemos nuestro pasado vagamente.
Si quisiéramos resumir el concepto “Recuperación de la Memoria Histórica”, en breves palabras, podríamos decir que es un movimiento socio-cultural, nacido en el seno de la sociedad civil, para divulgar, de forma rigurosa, la historia de la lucha contra el poder y sus protagonistas, con el objetivo de que se haga justicia y recuperar referentes para luchar por los derechos humanos, la libertad y la justicia social. Y cuando hablamos de justicia, hablamos de reconocimiento y reparación, en ningún caso de actitudes revanchistas.
Hay que hacer esta puntualización porque, en muchas ocasiones, se ha querido tildar a este movimiento de revanchista y no es lo mismo buscar la justicia y la verdad que la revancha. Además hay una necesidad de establecer la verdad histórica y, hasta ahora, tan sólo el bando vencedor tuvo acceso a los medios de difusión y el apoyo institucional necesario para acometer esta tarea. Sin embargo, esta definición tampoco profundiza demasiado en la cuestión. Se hace necesaria una mayor disección del asunto para que el lector pueda adentrarse en el tema y comprenderlo.
En un primer acercamiento, descubrimos que la memoria debe ser tratada desde todos los aspectos posibles. En ese primer acercamiento, distinguimos que confluyen aspectos humanos, aspectos culturales y aspectos políticos claramente perceptibles.
La atención exclusiva a los aspectos humanos no nos da la verdadera dimensión de la Recuperación de la Memoria Histórica. Si no avanzamos más, nos quedamos en una primera fase que sólo atiende reivindicaciones individuales o de colectivos aislados. Sin tratamiento desde el punto de vista cultural aún no estamos hablando de Memoria Histórica, sino de memoria privada y de cuestiones exclusivamente humanitarias.
Sumando los aspectos humanos y los culturales, empezamos a tener parte del rompecabezas de la Memoria Histórica. El problema comienza cuando la investigación histórica determina que el tema tratado es, también, profundamente político. Hablamos de una lucha profundamente ideológica, de persecuciones políticas.
En lo social, hablamos de fortalecer los valores democráticos, de libertad, de justicia social, de articulación y vertebración de la sociedad civil alrededor de estas actividades. Se trataría de dar cohesión al pueblo usando como crisol la exaltación de esos valores.
La suma de todos estos elementos, en los que hay que seguir profundizando, da como resultado el que la Memoria Histórica sea algo más que la búsqueda de un familiar desaparecido, el logro de una pensión para un expreso político, la publicación de un libro, la excavación arqueológica de una fosa común. Sólo la suma de todos estos elementos nos da su verdadera dimensión.
Pero además hay que confrontarla con la realidad actual, según rezaba un viejo aforismo espartano “paria somos lo que fuiste, serás lo que somos”. Ya que la memoria histórica trata también de recordar no sólo la visión de los vencedores sino también de los vencidos, su sentido de construcción de un presente, las decisiones del gobernante en turno con todo su anecdotario, imaginario y también su parte mítica.
Esto nos hace pensar en México en esta Revolución inconclusa, en este Estado Méxicano incipiente que se blindo ante la impericia de sus últimos gobernantes, no sólo se trata de culpar o exculpar, se debe tratar de construir, desde nuestra apolítica sociedad llena de discursos huecos y acusatorios entre las altas cúpulas de todos los colores.
Del adueñarse de los hombres y nombres históricos, desde Moctezuma a Lula como si fueran redentores como Lázaro Cárdenas, Simón Bolivar, Zapata o Villa todos juzgados por la historia, misma construida desde el poder. El confrontar sus anecdotarios no construye verdades, si bien es cierto que ya no queremos gobiernos anquilosados desde el presidencialismo, pero tampoco gobiernos y funcionarios de utilería que no entiendan los procesos sociales que mediante guerras intestinas sean cuestionados internacionalmente, porque no ven ni oyen.
Si bien no se niegan los hechos, tampoco podemos dejarlos como banderas sepulcrales de nuestro futuro, ese lo demos construir con sociedades màs politizadas, con políticos ciudadanizados y como dice un amigo con funcionarios que funcionen.
No demos caer en el juego electorero de la historia reciente sino construir desde nuestro pasado remoto los símbolos de nuestra paria de lo que somos para ir de plano a donde queremos ir, sin tranchetes y antorchas lapidarias como hordas enfurecidas. Debemos por tanto desacralizar a los Salinas, a los Càrdenas, a los Gómez Morín pasando por tantos y tantos nombres como su propia memoria le permita recordar
Esto es la Memoria histórica un todo humanidad, política, sociedad, y mercadotecnia, o ¿apoco usted creyó que iban a cambiar el país con solo decirlo en 15 minutos o con una guerra que nos tiene endeudados y fracturados?
miércoles, septiembre 07, 2011
sábado, agosto 06, 2011
Polìtico Adulto contemporaneo
A veces como hoy donde la incertidumbre, hace mella en el más duro carácter, y en los momentos de soledad se pone uno a reflexionar sobre las cosas de la vida, la política y otros alebrijes que rondan la vida insumisa con años de militancia en un partido político, con la disciplina férrea de un soldado. Va caminado por el laberinto diría García marques de la soledad.
Años van y años vienen, procesos electorales infinitos, me gusta vivir en campaña permanente, es parte de mi, así sin querer mi padre al llevarme a los días de fiesta, a las campañas, al hablarme de política, al hablarme con tal pasión de de lo que significa ser la paria y ser patriota, el dejarme transitar, y aprender de la izquierda de hacer mi propia revolución para después de los años saberme utilizado, también de lo que por años a callado, el 68 su participación en la superior de economía, el pertenecer y hacer equipo, para después orbitar en que si muy a su modo la revolución institucional si le hizo justicia a mi viejo profe, el dejarme participar como líder juvenil en Venustiano Carranza, el escucharme ahora atento mis análisis de las situaciones, el dejarme preparar como operador, el dejarme vivir en campaña tras campaña, el verme aspirar a una diputación que por azares del destino nunca llego y que no frustra la vida en ese sentido es sabia, el poderme desarrollar también en mi ámbito profesional en las grandes ligas en grandes compañías, creo firmemente que toda esa formación Me ha dejado lo que tanto anéelo tienes los padres para sus hijos, donde pueden saber en vida que han cumplido pues llega el momento de la madurez de los engendros que hacen ellos, por una parte la formación de los valores y por otro la do la madre escuela, la vida.
Hoy pienso que he vivido en cada segundo mi momento histórico, sin dudarlo desde mis años mozos, aquellos donde el cerrar el cch era un gran logro revolucionario, mi estancia en la otra prepa donde fui querido y odiado, aun hoy, hay quien me responsabiliza incluso de su vida a partir de esos momentos como parte aguas, mi larga y placentera formación recibida en uno de los más populosos, complicados y violentos municipios del estado de México, los amigos a los cuales les agradezco rescatarme de las garras del desamparo, con el gusto de verlos cada que regreso, para escucharlos también fortalecidos y maduros, en donde sufrí las derrotas más increíbles, donde los sueños a veces los ahogue en la “carreta”.
Tantos procesos internos de precandidatos, a ocupar diversos cargos de elección popular, chicos y grandes incluso muy grandes, donde te reconoces amigo fiel, hasta que la convocatoria te separe. Siempre es un sistema cruel, ir a elecciones abiertas internas, porque después de tanto año, siempre quedan los amigos de ayer, heridos, lastimados y muchas veces fuera de toda aspiración.
Hoy yo creo que el mejor sistema es el de recurrir a todos, pero en serio, no como discurso de unidad, basada en la imagen al exterior, sino aquella, que se construye día a día, con el trabajo de campo, el entrevistar a cada actor político de una unidad territorial, desde el gran pero humilde seccional, hasta el distrito, el municipio o la región, escuchar a todos, conocerlos a todos, buenos malos o regulares con una, con dos o cien canicas, es importante tomar en cuenta a todos, en el partido de mi militancia, hay muchos que han sido olvidados, que la nueva estructura los considera empolvados, pero que han servido al partido, en su momento histórico y que conocen, saben y tienen una opinión, que a veces es más importante que se viertan al interior del partido a que sean temas de café.
Nada más hay que ver la suma, cuantos cuadros tenemos, ex presidentes, ex secretarios de estado, ex gobernadores ex legisladores federales y locales ex presidentes municipales, síndicos y regidores. De ellos los que fuimos Jóvenes y hoy adultos contemporáneos hemos ido aprendiendo que la política es de momento y circunstancia, que es de equipos, de lealtades.
El llegar de mi pueblo, a Michoacán cambio mi forma de pensar, arraigo más en mí la idea de pertenecer a un partido fuerte, nacional, de amplia experiencia, a veces con gran parsimonia y otras en actitud de administrar el caudal de la derrota porque de ella también se gana. He conocido cuadros valiosos, gente muy preparada, vividores de la política, pero también me ha dado la oportunidad de salir a otros terrenos, estar en niveles donde no hubiese imaginado y con grandes expectativas, hoy tengo la ilusión de estar en un gran proyecto y creo que pude será la última.
Si es importante ser joven, pero también es necesaria la experiencia, los adultos contemporáneos, fuimos una generación que ha tenido que luchar, a brazo partido con la ciudadanía, con el descredito al que no supimos defendernos, a la sana distancia, al voto diferenciado, hoy reviso incluso mi discurso de aquellos años difíciles donde tocabas una puerta y te recibían, con odio y fastidio, donde a veces tu interlocutor, era un perro que te perseguía por varias calles, hoy el ambiente ha cambiado, con sus variantes, pero ya no es la ciudadanía de la que te debes cuidar.
Una época de mi militancia me vendieron la idea de que éramos cuadros jóvenes supremos, ajenos, ese riesgo fue el que dejo a muchos en el camino, yo he optado por ser de campo, por estar con la gente, ser rudo, he dejado de ser maniquí, charlatán de la política para expresar, para luchar, y seguir creciendo en lo que hago.
Me gusta mi especialidad electoral, alguna vez algún amigo y jefe me lo dijo, para caber aquí tienes que tener una gracia, la que sea pero una gracia, a lo largo de los años ha quedado comprobado, mi gracia es lo electoral y lo territorial, aunque como buen cuadro me he modernizado, cuando inicio la mercadotecnia electoral y política, ahí estaba yo en primera fila, fui el primer coordinador de mercadotecnia en un distrito, ahora la política 2.0 mis ventajas siempre han sido “prepararse o morir” la tecnología siempre me ha gustado y ha servido de refuerzo a mis talentos naturales.
Mis amigos y jefe es políticos me han ido puliendo, ser más cauteloso, no meterme donde no me llaman y retirarme de donde no me quieren. También he aprendido a no comprar enemigos de nadie, aunque no me importa me etiqueten como Aguilarista, Gaytanista, Peñista o como quieran, de ellos he aprendido y he recibido su afecto y apoyo. lo trascendente para mi es si soy priista, ojo, al final esa es la etiqueta que vale porque eso siempre he sido, seré porque creo en un partido cercano a las causas sociales lo que me hace Callista, Cardenista, Colosista, y también Salinista, porque simplemente he vivido mi momento histórico con los hombres y mujeres de mi partido, no me da el mínimo resquicio que todos han sido y serán juzgados por la historia, desde aciertos y errores para mí lo importante desde la expropiación petrolera hasta el voto en contra del fobaproa causas que para mi tienen amplio significado. Además también desde el nicho personal tengo aciertos y errores pero es lo maravilloso, los acepto y reconozco de ellos he aprendido y de otros he sobrevivido.
Tengo causas románticas por mi México, por mi estado natal y por Michoacán que me ha acogido desde la trinchera académica, empresarial y política mi mundo es este, por el soy, pienso y existo, me apasiona me llena de vida espero que se transformé en participación pues aun tengo mucho, que dar.
Tweet